Una nueva temporada empieza en la serie que es mi vida. Bueno más que nueva temporada creo que deberíamos considerarla un spin off. Demasiadas cosas han cambiado. Lo más evidente, el decorado como es lógico. No hemos escatimado esfuerzos por conseguir unos decorados dignos de una superproducción. Una ciudad totalmente nueva por descubrir y ambientar las cotidianas aventuras que esta temporada traerán.
Los cambios incluyen un nuevo y soñado trabajo, una idea que llevaba ya mucho rondando en las mentes de nuestros guionistas, pero que costo lo suyo llevar a la práctica. En esta temporada seré nada menos que una futura autoridad publica (por lo menos en Madrid), un pastor de mentes, un profesor, vamos un maestro escuela, o “sito”, si lo preferís. Como no incluir un instituto en una serie de prestigio como aspira ser esta, emulando desde “Sensación de vivir” a la realista “Física o Química”.
¿Son eso todos los cambios? Claro que no. El principal de todos es, sin duda, la despedida de alguno de los personajes que durante mucho tiempo me acompañaron y que decidieron probar suerte en otros lares, no queriendo compartir protagonismo con este quien os escribe. Pero, que coño, ellos se lo pierden, pues dejan hueco para probar nuevos personajes secundarios, que esperemos, hagan pasar a este humilde actor interesantes momentos.
Y al fin y al cabo, que es una serie, una vida, sino un cúmulo constante de aprendizajes, de actores que entran y salen, intercambiando granitos de arena, para al fin, cuando llegue el ultimo capitulo, ver que formaron un enorme castillo repartido en mil playas, mil series, mil vidas.
Pues si amigos, ya empezó esta nueva etapa, y por ahora apunta buenas maneras. Creo que puede ser una de las mejores. ¿Que deparara esta, hasta ahora, solitaria y lejana nueva etapa? ¿Acaso importa? y lo mas importante ¿reunire ganas para escribir una nueva entrada o acabara este blog como tantas cosas en el baul de los proyectos olvidados? Ya se vera.
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